A menudo me preguntan cuáles son las diferencias entre el pensamiento de diseño y el Visual Thinking, que parecen muy similares. Ambos se utilizan cada vez más para estimular la innovación y la creatividad dentro de las organizaciones. Ponen al ser humano en el centro y fomentan el trabajo colaborativo. Promueven un pensamiento «fuera de la caja» basado en representaciones gráficas y visuales.
Estos dos enfoques se distinguen por su proceso y su finalidad. El Design Thinking es un proceso iterativo que busca entender a los usuarios, cuestionar las hipótesis, redefinir los problemas y crear soluciones innovadoras que se pueden prototipar y probar. Es un enfoque analítico que sigue etapas sucesivas, desde la comprensión de las necesidades del cliente hasta el diseño y la prueba de soluciones innovadoras. Además, el pensamiento de diseño está empezando a dar lugar a títulos universitarios dedicados (por ejemplo, la d.school de Stanford), mientras que el Visual Thinking aún no está representada en los currículos académicos.
Por otro lado, el Visual Thinking es un enfoque más intuitivo que utiliza métodos y herramientas visuales para hacer el trabajo en grupo más fácil y eficaz. Su objetivo es captar, organizar, entender y memorizar ideas e información, estimular la creatividad y la participación de todos, y ofrecer visibilidad y legibilidad. El Visual Thinking no sigue necesariamente un proceso lineal, sino que utiliza todos los recursos cognitivos «visuales» para pensar, entender, aprender, memorizar y comunicar mejor.
Aunque el pensamiento de diseño y lel Visual Thinking comparten muchos puntos en común, especialmente la importancia que dan al ser humano y a la colaboración, se distinguen por su proceso y su finalidad. Al final, se enriquecen mutuamente y son muy complementarios.
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