Las nuevas generaciones, especialmente aquellos nacidos entre mediados de la década de 1990 y hoy, han crecido en un mundo digital donde la información es fácilmente accesible a través de motores de búsqueda y redes sociales, ¡en los que son particularmente hábiles para moverse!
Sin embargo, esta facilidad con las herramientas digitales no necesariamente se traduce en una buena comprensión de los métodos de organización de la información, que son esenciales en muchos campos, particularmente en las carreras científicas.
El síndrome de la lista de reproducción
Así como los jóvenes están acostumbrados a mezclar álbumes y artistas en listas de reproducción de música, sin preocuparse por la organización tradicional por álbum o género, tienden a ver los espacios de almacenamiento digital como un gran «cesto de ropa» donde todos los archivos están mezclados. Este enfoque refleja un pensamiento bastante fluido y poco compartimentado, pero también puede conducir a una cierta desorganización. De la misma manera que es difícil encontrar una canción específica en una lista de reproducción no estructurada, puede ser complejo encontrar un archivo específico en un espacio de almacenamiento no jerárquico.
La irrupción de la IA
Un nuevo elemento alarmante ha irrumpido recientemente en nuestra vida diaria: la inteligencia artificial. Los estudiantes la utilizan cada vez más para realizar trabajos escritos. Si los estudiantes se acostumbran a dejar que la IA estructure los datos por ellos, corren el riesgo de no desarrollar habilidades esenciales en términos de organización y gestión de la información. Clasificar, jerarquizar y conectar ideas son procesos cognitivos cruciales que los estudiantes deben practicar por sí mismos para un aprendizaje efectivo a largo plazo.Lo mismo ocurre con la capacidad de escribir y argumentar por uno mismo, amenazada por el uso sistemático de la IA.
Aprender a organizar la información… manualmente
Ante esta observación, creo que es crucial consolidar la capacidad de los estudiantes para organizar la información, especialmente sin la ayuda de la tecnología. En este sentido, los mapas mentales y conceptuales aparecen como herramientas particularmente relevantes. Hoy en día, se reconoce que al permitir la representación visual de ideas y sus conexiones en una organización jerárquica y clara, el mind mapping y el concept mapping promueven una mejor comprensión y memorización de conceptos.
Desarrollar la capacidad de crear uno mismo mapas de organización de ideas a lo largo de sus estudios, ya sea para tomar notas, repasar o planificar proyectos, permite a las nuevas generaciones adquirir valiosas habilidades cognitivas y organizativas, transferibles más allá de la simple gestión de archivos digitales.